La sensación general es que todo esta perfectamente encajado como un puzle dentro de la estética inconfundible del Live action, se ha creado un universo mágico para dar forma a esta versión de Disney , cada gesto , palabra está pensado y ordenado actuando de forma mecánica dentro de una maquinaria de diseño auidivsual.

Incluso la ridiculez del aspecto de ella , del vestido o del entorno tan colorista, forman parte de ese universo creado para vender funko pops, y toda clase de merchandising de la nueva generación de cultura pop .

Los pajaritos bailan al compás de los personajes , las peleas son cómicas e infantiles con un ritmo videoclipero. Todo bajo una coreografía visualmente atractiva que no deja nada a la sorpresa .

Incluso, juraría que el escenario de la plaza del reino es reciclado de Wicked , porque me suena el decorado .
Conoces el cuento. Blancanieves muerde la manzana, se duerme , el príncipe la despierta y no hay más.
De hecho si la colocas en medio de la calle o de un bosque, parecería cualquier cosa pero en ese universo mágico, queda bien , se funde con el resto de elementos del cuento clásico de Disney .


Tiene un propósito que es entretener , divertir y enternecer al espectador , conectar con los más pequeños y hacer que se pase un rato agradable enternecer familia.
La bruja malvada – Gal Gadot – no es tan malvada como en el cuento clásico y conectas con su causa y su belleza más que con la propia Blancanieves, llevada por la película por la motivación de ser la protagonista, correcta pero sin gracia .
El final defrauda , con una Blancanieves inexpresiva que tira de recuerdos para recuperar su reinado en una coreografía carente de fuerza y una reina malvada tan poderosa , que simplemente se retira. No hay pasión, no hay pelea , no hay tal heroína guerrera.
Conviene ver la versión original.

Pero en general, es entretenida y recupera el estigma clásico de princesas y príncipes que parece estar en decadencia; polémicas feministas a parte !